Tengo una manzana podrida al fondo del cajón de frutas, en mi heladera. Más que roja, ya es marrón, y tendría que tirarla. Pero, la estoy dejando reposar porque quiero, quiero ver si es verdad que aparece un gusanito amigable cuando una manzana concluye su vida comestible. Quiero saber, porque el gusano quizás aparezca para contarme de vos, para sonreírme e irse después, para recordarme que las cosas podridas, para algunos, son casa y refugio. Hay vida después de la muerte, hay gusano después de la manzana que fallece, hay esperanzas para mí de ser feliz, con o sin vos.
Y hoy empecé a escuchar música de nuevo, y espero que eso te asuste.
Igual, ¿a quién engaño? Mi cabeza me traduce las letras de las canciones inconscientemente.
Sin vos, mi cabeza no tiene freno, y me está lastimando, pegando fotos tuyas por todas las paredes de mi corazón, para tapar los agujeros. Pero, el papel mojado de las fotografías hace que los agujeros sean más grandes, cada vez más, cada vez más, y exploto, y explota el gusano, la manzana, la heladera, la vida sin vos.
Qué odio, chabón
