25.9.14
Buenas. Te traigo las novedades, que no son muchas, por supuesto, un poroto al lado de lo que compartíamos juntos, antes de que vos me abandonaras. Qué raro se me hace, y a la vez no, que hayas sido vos quien me dejó a mí y no yo a vos. Te soy sincera, subestimé totalmente el poder del amor, cuando te conocí jamás creí que iba a llegar a amarte tanto, te convertiste en algo muy especial y tuviste el poder que ningún otro llegó a tener, algo así, como si fuera poco. Capaz no te alcanzó, ¿quién soy yo para creerme lo suficiente? Nadie es nada, todos somos todo hasta que se demuestre lo contrario, hasta que aparezca una nueva persona y nos mueva el piso más que con quien estamos en ese momento; muy pocos llegan a enamorarse realmente de una persona y a tener el cien por ciento de seguridad al decir: Éste es el amor de mi vida, para siempre, y yo creí que era una de las afortunadas, pero se ve que no, se ve que la vida es muy injusta y a mí no me tocó esa suerte exactamente. Yo apostaba a esto, ponía las manos en el fuego al renunciar a una vida con alguien más que no fueras vos, y todas esas boludeces que siguen... Qué se yo, me la creí demasiado y ahora no sé qué hacer porque mi vida y alma estaban estructuradas para hacer las cosas de a dos y encontrar la felicidad de ése modo, ahora tengo que hacer nuevos planos y hacer como que no me duele. Después de tres años de miles de cosas compartidas, siento que tengo que estar sola, me lo debo a mí misma y necesito sanar, hacer las pases con mis pensamientos y comprar muchas curitas para el corazón que me mira chinchudo. No sé si quiero, obvio, pero sé que tengo que. Es un dolor terrible, de esos en los que no sabes qué tomar, y más que nada porque sabés que el remedio perfecto está en la misma causa del dolor. Es curioso, algo tan insignificante, como suena, como un rompimiento de corazón, fin de pareja, llantos y blablabla, es uno de los dolores más importantes de nuestras vidas, de esas molestias feas, que te marcan, que te vuelven frío, etcétera. Porque, digan lo que digan los que se hacen los superados, uno deja de ser el mismo después de que le explotaron el globo y se largó a llorar mal. Tu primer amor es la entrega más pura que vas a hacer en tu vida, le vas a dar tu corazón a otro ser humano, un corazón limpio, lo más virgen del mundo, lleno de amor que hasta que duela te gusta, un corazón del más fuerte color rojo, me entendés. Nunca antes diste algo así y jamás vas a volver a hacerlo, porque en tu primer amor vos confías ciegamente, amas como si de eso vivieras y respiraras, uno mira hacia adelante y piensa por dos, comparte porque es lo que lo hace feliz y un millón de cosas de color rosa o lila. Entonces, cuando esa relación se rompe, se siente terrible, es una escena atroz, no sabes qué hacer, y duele como nunca antes, duele como nunca más va a doler porque te enseña, porque son cosas que pasan una sola vez y después se caen el cajón de la experiencia para que aprendas a no volver a entregarte así. Eso es lo que tiene el amor, el primer rasguño que le haces a tu corazón no tiene comparación y te va a doler muchísimo para que no se lo vuelvas a hacer, es como que se enoja y te hace retorcer en el piso del llanto para que no se vuelva a repetir nunca más. Ojo, puede pasar en cualquier momento, no tiene por qué ser tu primera relación, obvio. Uno pudo haber tenido mil parejas, haber llorado siempre porque cada una de ellas significó muchísimo para uno, pero cuando llegue, lo vas a saber, es así, porque lo vas a sentir hasta en la panza, en la espalda, en las orejas, en todos lados. Hay un amor que pega fuerte en la vida, el que te encuentra solito y el que te deja con un gusto muy dulce en los labios, siempre queriendo más. Y no hay nada que se le compare, es único, indefinible. Creo que es más que obvio que ése amor fuiste vos para mí, por infinitas razones que no hace falta explicar, o que voy a ir recordando cuando me duela un poquito menos, y vas a ser ése ser especial de acá hasta que me muera. Seguramente, al crecer me voy a dar cuenta de que hay cosas mejores, me volveré a enamorar, tendré hijos y seré feliz al final, espero, pero siempre voy a saber para conmigo misma que lo nuestro era amor y yo estaba perdidamente enamorada de vos, era algo incurable, demasiado fuerte. Nunca me había pasado algo así y dudo que pase de nuevo, por lo que dije antes, y me río sola de acordarme de cosas que hacíamos de tontos que fuimos, somos y seremos, si es que nos volvemos a cruzar alguna vez. Es un desastre querer explicar algo que todos creemos tener super en claro, pero el Amor es algo que se explica en sí mismo, tenés que sentirlo para saber lo que es y hay muchas formas de amar, amar más, amar menos, tener cariño, y demás. Creo que cualquier definición cual diccionario le quedaría corta, es que abarca muchas cosas y, también, es un hijo de puta, mal necesario pero necesario al fin. Y no sé, quiero escribir sobre cómo me siento pero no creo que sea útil porque sé que nadie más podrá entender cuán mágico era lo que nosotros teníamos juntos, lo que guardábamos en nuestro mundo. Tampoco confío ya en que vos sepas cómo era porque dijiste que ya no me amabas y es algo que no sabes hace cuándo estás sintiendo, así que no me parece justo que mi trabajo sea recordarte lo que era, prefiero conservar ésa dignidad. Una de las cosas que más me duelen, como si se pudiera elegir, es que vos eras mi mejor amigo y te extraño así, extraño hablar con vos de lo que me preocupa y escuchar tus consejos porque eran mucho más válidos que los de cualquier otra persona, extraño el hecho de que podía ser, literal y nunca más sinceramente, yo misma con vos, en cualquier contexto, podía largarme a llorar con vos y vos siempre encontrabas una forma de contenerme, no sé, hasta buscabas baldes y los ponías abajo mío para que mis lágrimas no terminaran inundando todo como en Alicia y yo me reía y todo volvía a su eje, qué se yo, cosas así. Me haces mucha falta en ése sentido porque fuiste el mejor amigo que tuve jamás y sabías todo, absolutamente todo de mí, y yo me siento muy perdida ahora, tratando de encontrar las respuestas en una cabeza llena de fantasmas y líos que vos antes ayudabas a vaciar. Podré estar rodeada de gente, amigos y nuevos compañeros que siempre están bien dispuestos a dar una mano, pero ninguno ni todos ellos juntos cubren la cuarta parte del vacío enorme que dejaste en mí, sin ofender a nadie porque saben muy bien cuánto agradezco la presencia de cualquiera que se acerque a charlar y, de paso, distraerme. Así que, así estoy, en veremos. Y te extraño. Te extraño horrores, te lo juro por lo que más quieras, y no puedo dejar de pensar en vos y en todo lo que fuiste y sos para mí, en cada centímetro de piel que sé que quiere estar conmigo, aunque sea unos segundos, por favor, no es posible que vos no me extrañes aunque sea un poquito. Si es verdad que me olvidaste y ya no querés nada más conmigo, entonces, ¿por qué yo siento este fuego que me quema por dentro y no me deja ni comer ya, por qué no pasa un día sin que me mueva la necesidad de llamarte y escuchar tu voz, las ganas de verte, tocarte, sentirte, por favor, decime, por qué? ¿Por qué estoy tan enamorada de vos si en vos ya no está mi hogar, mi refugio, por qué estoy acá pero sigo tan allá, enganchada a vos? Tiene que ser por algo, decime que es porque todavía queda algo de mí en vos, decime que es porque me amas y vos tampoco podés dejar de pensar en mí, y te la pasas llorando, no podés ni escuchar música o sacar una fotografía sin acordarte del olor de mi pelo, de cómo cambia el color de mis labios si hace frío o calor, de cómo varían los colores en mis ojos depende de dónde están las nubes, qué se yo, decí algo, nene. No puede ser que todo haya sido tan especial y hermoso para mí cuando a vos las cosas te chuparon un huevo, porque no me pude haber equivocado tanto, la más pelotuda de las intuiciones tendría que haberme dicho algo, ¿o no? Por favor. Acordate de nuestras vacaciones en la playa, ahí la pasábamos tan bien, cuando venías a despertarme y me hacías mimos, me dabas besos cuando yo ya me había cambiado y arreglado y todo porque me despierto echa un desastre y me daba vergüenza, el Sol, el amor, el perfume del bronceador, ¿te acordás? ¿Eso también fue en vano, las caminatas, las veces que veíamos cuatro películas seguidas en el cine, los abrazos mientras esperábamos el colectivo, las manos siempre agarradas, las risas, los viajes que se hacían cortos porque hablábamos de todo un poco, los días que se volvían un poquito mejor porque yo te hacía reír o vos a mí, cuando venías a buscarme a la facultad y almorzábamos juntos, en paz, en amor, cómodos los dos, sabiendo que era algo hermoso a lo que nos podíamos acostumbrar, eso fue todo en vano para vos? No lo puedo creer, no, me niego a creer que ésa persona, vos, no estaba sintiendo lo mismo que yo en ése momento, no te puede salir tan bien el fingir que no me amabas más, no te creo nada. Qué ganas de joderme, la verdad, no sé qué más querés de mí, ya está, nene. Supongo que Julio tiene razón, Todo hay que volver a inventarlo, siento que es LA frase, estoy segura de que nunca me gustó más algo que haya salido de una pluma o máquina de escribir, y la quiero en mi piel, cuando mi papá me deje, él dice que tengo que esperar seis meses de acá en más, si en seis meses me sigue gustando, entonces, CAPAZ que sí, pero bueno. Ésa frase no está completa, sigue: y el amor no tiene por qué ser una excepción o algo así, y yo la corté para el título de mi blog porque ésa parte es como algo negativo sobre el amor, como que el amor del presente es malo o tiene fallas y hace falta re-inventarlo, y no me gustaba porque no tenía sentido decirlo así si mi amor hacia vos y los demás era perfecto. Hoy, más que nunca, y hace un mes, siento que quizás sí sea así. No sé, siento muchas cosas, cosas buenas, cosas malas, como todos hacemos y callamos muchas veces. El amor no tiene por qué ser una excepción, porque a veces está bueno bajarlo del pedestal y hacer como que no nos importa, al menos por unos días, volver a inventarlo para que sea saludable y se quede sentado porque uno ya se cansó de que nos pisoteé y nos mande al frente. Hay que dejarlo de lado y que se vaya a encontrar a alguien que lo esté buscando, conmigo ya se quedó tres años y es hora de que me deje en paz para descubrir otras cosas que buscaban mi atención cuando yo estaba ciega de amor. Tengo que dejar de ser una enamorada del amor y concentrarme en mí, por y para mí, porque yo también necesito ser re-inventada y es hora de que lo asuma, para bien o para mal, pero para ser al fin. Las cosas siempre caen donde tienen que estar, siempre, no se sabe cuándo pero si tiene que ser, será. Y si mi lugar está con vos, será hasta que te des cuenta del error que cometiste y vuelvas para someterte a mi duro, durísimo, castigo y seremos felices para siempre, después de todo, y si mi destino está en seguir un camino solitario de varias compañías nada especiales, así será también. Escucho ofertas hasta que escuche de vos. Espero que te diviertas, que encuentres la paz que sé que necesitás, que puedas ser más positivo con la persona que tengas al lado en un futuro incierto, que ames y ames mucho, pero nunca como algún día me amaste a mí, yo sé que así no vamos a poder amar nunca más porque nosotros éramos dos a ojos de los demás, pero una sola persona cuando estábamos solos. Voy a ser inolvidable, y espero que te duela, obvio, porque estoy más que enojada con vos. Adiós, por hoy.