Quedan 33 minutos para que termine el día primaveral, así que tengo tiempo para un último Feliz Día de la Primavera, aunque ella no necesita de un día para saber que es la estación más linda de las cuatro, en la que nací yo hace, van a hacer, 20 años. Pero, te digo igual. ¿Qué habrás hecho? Me tenés en vela, queriendo saber qué haces, pensas, comes, decís las veinticuatro horas del día y el cuartito de seis horas que cada año sobra para hacer el bisiesto, cada cuatro añitos. Estoy acá, lejos pero tuya, y muy lejos de dejar de serlo.¿Será mutuo este dolor? Yo sé que algo te tiene que doler, mirá que te creo capaz de muchas cosas últimamente pero estoy segura de que ALGO por mí sentís y sentiste en estos tres años de relación, ¿no? Algo tiene que doler en ese corazón que ya no me tiene, por favor, decime que sí. Va, capaz ni corazón hay ya, me olvidé de que sos otra persona ahora y así lo querés, cierto que trataste de cambiarlo y etcéteras. Estoy pendiente hasta del aire que te rodea en este momento, si te habrás ido a dormir ya, si discutiste con tus papás hoy o si te visitó algún familiar por el día de las flores, si te habrás ido de joda y te chupó todo un huevo (COMO SIEMPRE) (digámoslo en paréntesis porque si no, te lo grito en la cara y te escupo), si te acordaste de cuánto me gustan las flores a mí o algo así. Estoy tan devastada que hubiese aceptado cualquier flor arrancada hoy, sabes, cualquiera, hasta una flor de sapito que crece en todos lados y es ordinaria como ella sola, pero no, nadie apareció, al menos, nadie que yo quisiera. Y ni un mensaje, volvemos a lo mismo, ni uno solo que diga "Perdón" o "No sé qué decir", por lo menos, es algo, algo que no tengo, ni siquiera eso me merezco, después de haberte dado el mundo y haber confiado en vos ciegamente y en cada sentido que existe, nada, me dejaste vacía cual florero en casa abandonada, si seguimos con el tema floral. No quiero abrir el blog porque siento que si lo ves, vas a volver y vas a hacer todo esto de lo que yo me estoy *quejando* descargando, y así no. También porque siento que pasaste de ser la persona que más me entendía, a la que menos lo hace y sé que vas a leer e interpretar lo blanco de todo lo negro que yo escribo, entendés, por eso. Yo sabía que me iba a quedar sola, seré especial y toda la mierda que vos me decías y los demás repiten y repiten para que yo no me sienta mal, pero lo concreto acá, lo real es que todos me terminan dejando así que, te darás cuenta, muy especial no me siento, qué se yo. Por favor, te lo ruego, ya no sé qué más googlear, te juro que insisto y pienso, reveo, hago re-contra-re memoria de recuerdos y todo, pero no puedo responder a esta pregunta: ¿Cómo *carajo, mierda, mierrrrrrrrrrrrdacarajo* se te va el amor, nene? DECIME. Porque hay muchas formas y colores y teorías y billones de casos y causas por las cuales las parejas ya no van más, algunas muy estúpidas y otras tan o más trágicas a la que sabes que yo viví en mi casa con mis papás, y tenés de todo pero yo no sé por qué a nosotros se nos fue esto. No encajamos en ninguna de esas locuras y cuentos que les pasan tan frecuentemente a los demás, estoy segura, nosotros teníamos algo único y se lo puedo demostrar a cualquiera que venga y me diga que "así se sienten todos". Las bolas. Con esto no quiero decir que nuestra relación era mejor o peor que la de nadie, odio comparar y sólo se debe hacer en Matemáticas para encontrar alguna variable, yo me refiero a que vos y yo éramos un equipo hermoso y más allá de lo que cualquier cabecita ajena podría entender; teníamos un barquito lindo y muy muy fuerte que soportó un montón de líos y ahora tomaba sol bien tranquilito, mojando los pies en el agua. Y yo digo, escribo, todo esto y te juro que siento que, al final, era yo sola la que lo veía así, la que apostaba todo a más e iba saltando de acá para allá porque estaba hiper-orgullosa de tener al chico más maravilloso del mundo como novio, amigo, confidente, y toda la mierda que no resultaste ser. Qué ciega fui, lo admito y lo voy a repetir hasta que me muera del dolor que me quema en el pecho. Qué inútil, ingenua, sincera de más, estúpida (y así hasta llegar al), PELOTUDA. Todo de más siempre vos, Pamela. Me odio. Te juro (dije muchas veces que juraba, pobre Dios con mis promesas) que me encantaría que me chupe todo un huevo por un día. Quiero ser un pibe por una semana, ya sé que suena ultra-super sexista y después las mujeres nos quejamos de cuando pasa al revés, pero aclaro, quiero ser un pibe de esos que no funciona bien de acá del bochito así cago a todas las minas, les rompo el corazón y ése tipo de negocios. Quiero saber qué se siente romperle el corazón a alguien como vos te llevaste el mío, lo raptaste, lo torturaste y lo dejaste ahí entre tus libros de mierda. Te debes sentir un campeón, tener una mina así como yo atrás tuyo todo el tiempo, super confiado de que si un día de estos te empezas a sentir solo en demasía me mandas un mensajito y yo voy a hacer lo imposible para ir y darte el gustito. Tu papá debe estar orgulloso, qué ganador que es mi hijo. TE ODIO, PELOTUDO. No sé si te odio así odio en sí, pero sabe que te tengo un asco tremendo y unas ganas de meterte una piña con todas mis fuerzas. Sí, no me importa, sé que con la violencia no arreglamos nada, pero me quiero sacar las ganas de demostrarte RE físicamente cuánto te extraño y cuánto me duele, forro. Bueno, me calmo.
Estos días me estoy cortando las venas musicalmente (no literalmente, obvio), porque me dediqué a descargarme mil canciones de amor que están en inglés, lo que es peor, porque a veces es el idioma que más entiendo más allá de este que hablo desde bebé. Hay cosas intraducibles, si habré aprendido con mi Carroll, y esas duelen porque se hacen las lindas. Hay palabras que son conscientes del poder que tienen encima, y además de re creersela mal, agarran cada oportunidad para demostrártelo, para restregar en tu cara qué poquito sos al lado de alguien que te las está gritando para lastimarte. Personalmente, creo que la palabra es un arma poderosísima, sí, no lo discuto, pero las palabras son peones a mi vista. El tanque de guerra o la Reina (o el Rey) es, sin duda alguna, el Señor Silencio. Sh. Qué imponencia tiene en la ausencia. Es un divino. De ahí a que la ignorancia (la de no prestar atención, no la de no saber algo o no querer hacerlo) mata y esas frases tan resentidas, juzgadas por la sociedad, que nos abrazan cuando nos agarra la loca. Y cómo pega el silencio, es increíble. No hay nada más vacío que la ausencia, es la definición en sí misma, hasta la oración te crea la sensación fantasmal en la panza, ¿no? Por eso, esto de tenerme bloqueada de todos lados, de no mandarme un mensaje de texto o en blanco mirá, pelotudeces abismales, pero cuya importancia reside en el contexto. Y la verdad, es que vos me estás haciendo un contexto del orto, nene. No sé cómo se te ocurrió decirme algo tan cruel, que ya no sabes si me amas, o sea, de todas las pelotudeces y cagadas (perdón el vocabulario) que a una minúscula persona se le pueden escapar de los labios, esta se llevo el Oscar y todos los otros nombres. NO SÉ SI TE AMO. Pum. Me lanzaste una bomba atómica, bonito. Me vendiste el combo completo, porque me tiraste las palabras y después vino el profundo silencio que todavía no se fue. Y vos no sabes cómo me quieren a mí las crisis, el cariño que me tienen la depresión, la melancolía y la soledad ahora, como si con tener una mamá muerta hace menos de dos años no fuera suficiente. Mi cabeza sigue, sigue, sigue, da vueltas y se enamora de pensamientos malos que se me pegan como figurita recién comprada. No puedo más. No puedo ser más literal. Esto me está matando, encima, de a poquito, bien despacio para que no me olvide nunca más, y eso es lo que estás ganando al final: no me vas a ver nunca más. Las cosas se están rompiendo tanto y las paredes se hacen cada vez más altas entre nosotros, que en un punto ya no va a haber vuelta atrás y te vas a querer morir porque dónde te vas a meter las ganas de que sea tuya de nuevo, ¿eh? ¿Qué vas a hacer cuando vos a mí me chupes un huevo y los roles se inviertan? No puedo esperar a que pase, me da mucha ansiedad y miedo, obvio, pero quiero estar mejor, no me voy a caer por vos ni por nadie. Ojalá me lo creyera así de lindo como suena, pero no soy ningún superhéroe, y me pongo a llorar a la primera canción cursi que se me aparece, pero según las revistas teen y unas amigas de fierro, eso es normal, así es el proceso. Pero, ahora, ¿quién le explica a la revista, a las chicas que hacen lo posible para que me olvide de vos, a esos que aprovechan el momento para probar suerte conmigo, quién le explica al mundo que a mí no "me dejó mi novio, corté con mi novio, me peleé con mi chico", sino que perdí al amor de mi vida y no lo puedo superar porque lo amé, lo amé, lo amé con el alma y le di mi ser y mi esencia en cada momento, quién? Me da igual cuál sea el prejuicio de la gente para justificar sus "ay, pero sos muy chica, ¡sabés las veces que te vas a enamorar!", "callate, en unos meses vas a estar por ahí pasándola bomba y no te va a importar más, vas a ver", porque quiero que cierren el culo y ponerles una cinta adhesiva bien grande, llena de pegamento. Cállense. Nadie sabe. Nadie. Sólo vos y yo. Y sé que el día que encuentres el amor en algún otro lado, mi corazón se va a morir apenas lo intuya, y las cosas van a ir mejorando día a día pero retrocediendo con cada paso en falso que ya no nos tiene en cuenta como equipo. Y vas a ser vos y una mina cualquiera, yo y un flaco cualquiera, jugando a que podemos tener nuevamente lo que solamente nosotros podíamos vivir, porque fue único y tan hermoso, de esas cosas que pasan sólo una vez y nunca más, los dos engañándonos a nosotros mismos y a quienes nos acompañen, fingiendo que esa felicidad es al menos un cuarto de la que teníamos nosotros juntos. O, qué se yo, voy a terminar yo así de loca, con treinta años y pico, buscándote y encontrándonos, vos super enamorado de una mujer divina y esperando un bebé o algo así, y yo tratando de que las cosas, de alguna forma, se encierren y encajen para que nuestra historia vuelva a tener flote en esta vida de mierda, y vos me vas a denunciar con la policía cuando le arranque todos los pelos a tu mujer, o algo así, de película. Sí, tan de película que tendría que dejar de verlas. Bueno, nada, espero que sepas que estoy renunciando a mil cosas desde que me abandonaste acá, ya no voy a ir nunca más al cine, voy a tratar de pisar lo menos que pueda Berazategui, ya no voy a ir a Mc a no ser que me inviten o algo así. De ahora en más, voy a ir a recitales/espectáculos/muestras SOLA, y me las voy a arreglar sola porque así es la vida y tengo que dejar de creerme tan especial porque no lo soy, porque el divino, el sensacional, el que la pasa bomba es el que se va y a mí me tocó quedarme y pasármela llorando por vos. Y un Lewis Carroll no voy a encontrar nunca, ni un Julio que me ame así en París, y Augustus Waters (ayer vi la película) tampoco existe y, si está, va a ser muy triste la historia, todavía más. No sé, si querés me mato o algo así, no sé, DECIME, ah, no, cierto que estás demasiado ocupado o andá a saber qué carajo está pasando por esa cabeza que sé que nunca más voy a comprender, porque pasaste de ser mi mejor amigo a ser un extraño, indescifrable, inexplicable. Eso. Ya no te entiendo, y no quiero, quiero querer estar sola. Quiero odiarte. Chau