9.9.14

Hola. Hoy tuve Historia del Pensamiento Económico y no puedo más. Decí que la materia que tengo antes de esa es más o menos fácil. Un día voy a morir por "Demasiada información"; tendría que ser una nueva enfermedad, la enfermedad del estudiante universitario. Yo sé que nadie se murió por haber cursado una carrera profesional, OBVIO, pero también sé que nadie nunca no se quejó, así que déjenme protestar en paz. Ay, esa forma de pensar se aplica a muchas cosas de las que me están pasando en este momento. Bueno, te decía, escribía, que hoy vimos como muchos autores, porque el profe te hace un compiladito de lo que leíste en Pensamiento Social y en Intro a la Economía, total, como si uno se acordara exactamente de todo, ¿no? Igual, lo amo, es un buen profesor. Y cuando nombró a Marx, un viejo amigo al que le gusta meterse en varias materias se ve, una idea pasó por mi cabeza como un relámpago de luz del conocimiento, apoyada por la firme creencia de que Marx es un hinchapelotas, obvio. Qué se yo, estos hombres clásicos, los griegos, todos esos que tenían una pasión indiscutible - e incomprensible - por los números, las palabras, el más allá y demás cositas, se tomaron todo el tiempo del mundo y dedicaron toda su vida a cuestiones que hoy en día seguimos viviendo y, algunas, a través de ellos y sus teorías. Ellos hicieron la tarea para los vaguitos del futuro. Y sí, está buenísimo, es interesante y honorable porque se ve que tenían un cerebro de la puta madre, pero, qué se yo, ¿para qué? Tantas teorías, modelos, reglas a seguir, definiciones y conceptos, tenemos hecha una estructuración compleja de cómo vivir nuestra vida, de cómo administrar, dependemos de un papel que tiene absoluta confianza sobre nosotros. ¿Nunca te pusiste a pensar en lo loco que es todo eso? Hay algo tan difícil de entender en nosotros y algo tan extraño en las cosas que hacemos cotidianamente, ¿no crees? No sé cómo decirlo bien. Los ricos tienen muchísima plata, se compran muchas cosas, teles enormes, el último celular sacado del horno, joyas, autos que van más rápido que un avión, todo lo que te puedas imaginar queriendo dentro de diez años, una persona forrada en guita ya lo tiene. Y al final, es eso, ¿ves? PLATA. Un papel con olor feo que se va gastando y gastando de las tantas vueltas que da; es enfermizo ponerte a pensar en algo así. Es decir, todo lo que hacemos está escrito en un guión que comenzó Aristóteles, que perfeccionó Keynes, Ricardo, el divino Smith, y setenta mil apellidos más que te vas a aprender de memoria después de tu paso por la universidad; pero, siempre hacemos lo mismo, por más que uno apoye o no el capitalismo, eso somos, EGOÍSTAS. Y lo somos en todo sentido, somos egoístas con nuestra mamá cuando somos chiquitos, con nuestros juguetes cuando tenemos un hermanito y todavía no nos enseñaron a compartir, con nuestros útiles los primeros meses de la primaria, con la persona que amamos cuando éste pibe quiere pasar más tiempo con sus amigos que con una *tos, tos*, no sé, esas cosas que uno a veces se pone a pensar y sentís que todo encaja. No siempre pasa, obvio, sino no se sentiría tan liberador el hecho de que pase. Yo me siento mal por todos esos filósofos, por todos los economistas, los pacifistas, los conservadores, los marxistas, los todo, entendés; me siento mal porque ellos pasaron toda su vida, literal, pegados a libros y demás y murieron felices, y algunos no tanto, porque sabían, de alguna forma, que las cosas por las que, perdón, se rompieron el orto iban a servirle a los demás, a nosotros, a nuestros nietos y más allá de todo. Y, al final, sea cual sea que fuera el mejor sistema económico o los más transparentes derechos para el ser humano, sea del color que sea el tipo, no va a importar nada de eso, porque el ser humano siempre va a querer plata, plata y más plata. Yo te digo, la plata se debe cagar de risa de nosotros. Confiamos en un pedazo de papel, qué mal estamos, Dios. Pero, también pienso otra cosa, que medio que contradice lo que acabo de decir, o no, no sé. Si bien el ser humano es terriblemente egoísta en todo sentido, y lo será para siempre y hasta siempre, hay algo de esperanza. He aquí que la esperanza es lo último que se pierde, hasta en la economía podemos encontrar ese cliché taaaaaaaan social (palazo para quienes dicen que la Economía es una "ciencia exacta". Exacta mis bolas). El ser pensante es codicioso y se baña en siete pecados capitales todos los días, pero mirá, lo que hicieron estos filósofos, a los cuales le dedicamos un montón de puteadas porque, la verdad, ¿tanto les gustaba escribir??!?!?, estos matemáticos, economistas, hombres y mujeres, viejos sabios y jóvenes genios, eso, su trayectoria, sus libros de mil hojas, su cerebro... Ellos lo compartieron, plasmaron sus ideas, a veces con ayuda porque no es tan fácil, y lo hicieron por nosotros, lo hicieron por la Historia y creo que eso es una causa muy noble. Si dejamos cuestiones subjetivas y de posición atrás, realmente podemos ver que estas personas tenían un genuino deseo por transmitir, por impedir que sus ideas fallecieran al mismo tiempo que ellos, yo creo que a Copérnico le iba a agarrar un paro si no llegaba a decirles que la Tierra era redondita redondita. Por eso, seremos egoístas y malos, como dice mi profesor (pero, después nos dice que no podemos contestar así en un parcial porque nos ahorca), los más interesados del Universo y está bien, pero tenemos una solidaridad latente más allá de la frialdad o mala onda con la que nacen algunos. Si Marx realmente pensaba que él y sus seguidores podían destruir al mostro del Capitalismo, entonces, yo tengo esperanzas. Eso es tener huevos, viejo.
Mi profesora de Comprensión de Textos me había dicho una vez que yo tendría que haber elegido una carrera social, algo de Psicología o así, porque a ella le gustaba cómo escribía sobre cosas como la ortografía, la subjetividad y demás. Yo me lo pregunté un montón de veces, pero si hay algo que me gusta hacer es esto, encontrarle el lado social a los números, no todo es tal y como lo dice una calculadora. Obvio, en Economía hay menos margen de error y menos libertad de tirar todo por la ventana como en otras ciencias, y si decís que estudias Economía te tildan de que querés llenarte de plata. Y sí, le respondería, si vos también querés eso y tu comentario sólo es hiriente porque me odiarías y me envidiarías si yo llegara a tener toda la guita, pero si bien te admito que quiero plata y me interesa, también te cuento que voy a hacer lo posible para conseguirlo por el buen camino. Llename el vasito con el vodka del interés y azúcar de La Bolsa, pero no te olvides la gotita verde esperanza que sabes que me gusta, eh.