17.9.14

Ser

¿Viste eso de que "la vida no se detiene por nadie"? Bueno, recién lo leí *está en el libro de Las Ventajas...*, y yo creo que a veces es posible sentir que no es tan cierto. Yo me siento terrible, demasiado, y si bien la vida sigue en todos sus aspectos (facu, familia, problemas, hacer sociales), yo siento que a veces me da un respiro y me tira algunas burbujas como para que siga respirando de a poquito. Siento que los amigos que me están apoyando en este momento son una contradicción a eso de que la vida sigue y no ayuda a nadie, porque ellos me hacen sentir mejor y, nada, obvio que la vida sigue y va a seguir siempre, pero le agradezco que me lastime y me de curitas al menos. ¿Cómo estás? Yo no puedo dejar de pensar en vos, a la noche se agudiza todo, ¿no crees? Me agarran cosquillas en la panza de imaginarme que te puedo besar aunque sea una última vez; Quiero besarte con tantas ganas, quiero que me beses como si fuera la primera vez que me ves, que me tires del pelo, que me pelees, que nos riamos a más no poder. Te extraño muchísimo, ¿sabes? Me estoy dando cuenta. Te extraño en los vacíos, en los agujeros que tiene mi vida, me siento tan chiquita así de sola, no sabes. Cuántas lágrimas me haces gastar, te va a venir una factura altísima de Lágrimas y Saneamientos S.A. Y vos te hubieras reído de eso, ¿ves? Lo cierto es que todavía me gustas muchísimo y sé, estoy segurísima ahora, que nunca voy a dejar de quererte conmigo. Es que mi corazón no entiende, te quiere perdonar, te juro, quiere que vuelvas y lo llenes de mimos aunque hayas sido vos el que lo noqueó de una piña terrible. Haga lo que haga, hable con quien hable, me distraiga con quien sea, mi cabeza está a dos mil por hora por vos, sólo vos y nadie más. ¿Y vos? ¿Estás pensando en mí, al menos, un no sé 20 por ciento del día, algo? A veces me pregunto (eso suena a que lo pensé hace mil, pero en realidad lo pensé hace unos días, es que estas tres semanas y monedas se me hacen eternas y no quiero ni pensar en que ya va a ser un mes) si llenándome de otras cosas me voy a satisfacer, si en un futuro voy y me compro un auto carísimo y hermoso sé que voy a sentirme súper feliz pero, ¿por cuánto? Y tengo miedo, sabes, de nunca llegar a ser feliz DEL TODO, me aterra el hecho en sí. No sólo por vos, sin ofenderte, pero por todo lo que me pasó en mis escasos 19 años casi veinte. Hubo noches en que no paré de llorar, literalmente, hasta que se hacían las 6 de la mañana y tenía que hacerme la dormida para que mi papá, que recién se levantaba, no me escuchara; también me pasó eso de llorar abajo del agua, en la pileta, cuando no podía más, cuando el momento de paz en mi casa no duraba ni un segundo, cuando mi papá volvía a casa nada más que para pelear con mi mamá, y ya llegaba un tiempo en que era todo tan trágico que ni se molestaban en ocultarlo, ni nosotras nos molestábamos en frenarlos, estábamos acostumbradas. Qué triste es ser humano, ¿no crees? Somos un desastre, pretendemos arreglar las cosas cuando no sabemos ni reconocer que nosotros estamos rotos y que tenemos que mejorar primero nosotros mismos y después esas cosas. Qué esencia de mierda tenemos, ya ni sé. Estoy escuchando música todo el día porque ya no me puedo escuchar, ya me odio mirá. Y yo sé que la música es magia, en serio, hay pocas cosas que me gusten más que sentir todo a un volumen tan alto, pero no me está haciendo mucho efecto últimamente. La música no me está sanando, no me está ayudando. Vos tampoco me ayudas, pienso en vos y me quiero tirar al piso a llorar, te lo juro, ya no te voy a mentir ni voy a hacerme la superada porque sé que a vos no te voy a superar nunca más. Puedo ir y besar a quien sea, ir al extremo con otra persona, salir, enamorarme, entre comillas, reírme, TODO, absolutamente todo con mil y un hombres más, pero vos, desubicado total, sos de esos tipos que no se van más de acá del pecho, no. Y te amo, te amo, te amo, te amo con el alma, pero por favor, andate, me estás matando, nene. Me matas con la ausencia de tu voz en los viajes largos en tren, con la falta de tu perfume en mis almohadas a la madrugada, mis manos extrañan la sensación mojada de tu pelo, tu cuerpo, tu todo transpirado después de amar, mi boca extraña los juegos, mordiscos, besos sin respirar o respirando adentro mío, mi nariz extraña la tuya, tan chiquita y linda, uno de mis oídos extraña escuchar y sentir el latido de tu corazón cuando yo me acostaba en tu pecho; era tan lindo y raro a la vez ver cómo tus latidos siempre iban intercalándose con los míos, uno tuyo, uno mío, uno tuyo, uno mío, y los dos al mismo tiempo cuando la temperatura subía y nos abrazábamos más, como si se pudiera estar más cerca, hasta que éramos uno. Te odio.
Dicen que te das cuenta de que te olvidaste de una persona por completo cuando ya no podés recordar de qué color eran sus ojos, o sea, el color exacto, cuando ya no podes dibujar un ojo con los colores que veías siempre. Yo me acuerdo de los ojos de mi mamá, me acuerdo del color de los ojos de mi perra que ya es un ángel, me acuerdo de los ojos de mi prima cuando extraño estar con ella, y, obvio, me acuerdo de los tuyos. Podría ir a cualquier pinturería y pedir cuatro tonos marrón y te darías cuenta de que son la mezcla exacta del color de ojos que tenés vos. Es más, te dibujo un ojo acá, en las cuatro paredes de mi cuarto y en el techo si querés, si no te alcanza, y verías que es ÉSE el color de tus ojos. Y yo sé que me voy a acordar para siempre (ojo, valga la redundancia, no vale pispear una foto eh). Y vos vas a tener un quilombo cuando te quieras acordar de qué color eran mis ojos, ¿no? Porque yo tengo un montón de colores, verde oscuro, verde musgo, gris oscuro, miel, marrón oscuro, casi-amarillo ése, qué se yo, te haces un matete. Ojalá el hecho de no tener un color taaaaan definido de ojos (yo creo que nadie lo tiene, todos somos mezcla de algo) no lo uses como excusa para olvidarte de mí más rápido eh, porque si bien es difícil dibujar mi ojo, tuviste tres años y un poquito más para verlos siempre, día a día, y yo creo que podrías acordarte de mí por un buen tiempo, ¿no? A quién engaño, me quiero matar. Espero que mi yo-del-futuro la esté pasando mejor que yo, es más, ojalá esté de joda loca y pasándola bomba, con un lindo y cómodo sueldo y un amor por lo que hace, sí. Y soltera, POR FAVOR. No me arrepiento de nada igual, nene. Me diste algo que fue tan puro que ninguna palabra de todas las que están acá le hacen justicia, sabes. Nunca antes había amado así y si yo pensaba que sí lo había hecho, vos viniste a demostrarme que lo que me estaba a punto de pasar iba a ser lo más hermoso que me pasaría en la vida, todo se iba a reducir a los pies de un amor así de grande como el que tuvimos nosotros dos, y por eso estoy agradecida. Me hiciste SENTIR, sentir por más allá de todas las cosas, llevaste todas mis emociones a lo máximo que podía ser en ese momento. Llorar, besar, reír, gritar, hablar, interesarme, escuchar, mimar, soltar, ser libre, tocar, dejarme ir, cerrar los ojos y respirar, volar, pensar, amar... Todo. Vos. Yo soy vos, te tengo en mí en todo sentido, y me voy a llevar estos recuerdos a la tumba con todo el amor del mundo, el amor que hacíamos vos y yo, te prometo. Si de algo estoy orgullosa, es de que mi primer amor fue lo mejor que me pasó. Gracias. Me enseñaste a ser. Y seremos juntos o no seremos nada, pero que fuimos, fuimos, y fuimos todo, fuimos los dueños del mundo. Vas a ser mi mejor amigo para siempre, de eso que no te queden dudas.
Me enseñaste a ser.