16.11.14

Hola. Vine para acá porque creo que estoy teniendo una crisis existencial, pequeña pero crisis al fin. No sé cómo me siento, se me está llenando la agenda de ansiedades y me está molestando bastante. Y mirá que a mí me gusta pensar y soy bastante buena amiga de mi cerebro, pero estos días ya no lo soporto más y quiero que se mude, que vaya a molestar a alguien más. No quería escribir durante un tiempo, como te habrás dado cuenta dada la ausencia de mis entradas, y quería que esta pausa fuera al fin permanente, pero acá estamos de nuevo. Supongo que me mentí (y miento) a mí misma cuando me dije (y digo), también a mí misma, que te olvidé y que me chupas un huevo. También lo hice al auto-convencerme de que descargar mi neurosis en forma de literatura en un blog anónimo iba a resultar inútil y un desperdicio del Sr Tiempo, ya que al fin y al cabo acá estoy nuevamente, después de semanas de negación. Me ayuda como conexión entre el pasado y el presente, éste último continuo liquid paper que pretende que no se note lo que borró. Ni el más prolijo puede hacer eso, sabías, y esa es una de las tantas razones por las cuales no uso corrector desde hace años; yo tacho, pero porque en mi escuela estaba "prohibido" usar corrector para que no escribiéramos las mesas y así yo me acostumbré. Y también porque una vez una maestra de Arte me dijo que en su clase no se podía usar goma porque el dibujo era como la vida, y en la realidad no existe una goma para borrar mágicamente los errores; pero esa es otra historia, vayamos al punto. Volví porque tenía que desmentir esta farsa que vivo día a día, esta sonrisa que está más pintada que otra cosa, esta falsedad que se me pegó por todos lados. Me convertí en una gran actriz, sabes, porque desde hace casi tres meses que le estoy mintiendo a todo el mundo, sí, y la careta se me cae ante menos de cinco personas que realmente me conocen. Aunque, te soy sincera, a esta altura, ya no creo que haya en esta Tierra alguien que me conozca como soy en verdad. No hay nadie acá que sepa el cien por ciento de todas las cosas que me gustan, el título de al menos cinco películas mías favoritas, y juro que nadie, absolutamente nadie, puede venir a decirme al menos tres títulos de cuentos que yo haya escrito durante toda mi vida (escribí muchos pero no me gusta tanto poner títulos porque creo que es algo que se hace al final y finalicé muy pocos, pero tres seguro que sí). Qué se yo. Ni yo tengo certeza de saber quién soy, creo que somos varios en cuanto a la materia se refiere, y yo sinceramente no creo que un hombre o una mujer o lo que sea que tenga un papelito colgado en la pared que diga algo de Psicología, ya sea de universidad pública como de privada, pueda darme respuesta a tan enorme pregunta. Quizás mi caso es para alguien de más categoría, pero no sé si llego a estar tan mal como para entrar en el campo de la locura y cuando al "cólogo" se le empiezan a agregar prefijos cada vez más complicados que un simple "psi". No sé si se entiende lo que quiero decir. Creo que sí. En fin, me siento mal porque así como no estoy segura de que haya alguien ahí afuera que realmente me conozca, en estos días tampoco estoy segura de si yo misma realmente me conozco, porque ya no lo sé. Me siento vacía, pero tan literalmente que mi vacío podría personificarse en un trágico libro de Shakespeare acá arriba de la mesa si la magia ya existira y el 3D y todo eso. Y tendría tantas páginas, y yo estoy tan hueca (no de cabeza, no se malentienda) que cortaría cada tramo de mi piel con una página a la vez para sentir algo, porque te juro que ni el viento me mueve los pelitos del brazo ya. Y seguramente esto te suena muy suicida y alarmante, sumándole a todo esto el background suicida que hay en mi familia, y seguro ahora te estarás preguntando si eso de la depresión y el suicidio y la ingesta de pastillas y demás se hereda. Te contesto que no, y que por favor no lo googleés porque me daría suma lástima. No me voy a suicidar, soy una muy fiel creyente de que la historia no se repite, y si el Destino está buscando que pase algo así muy película desgraciada porque le encanta cagarse de risa con mi vida de Miércoles a la mañana, le voy a decir que se vaya a buscar a alguien más. En ese sentido, a la vida le falta golpearme mucho más para bajarme la actitud positiva frente a las adversidades. Además, yo sé que soy una Superheroína, no me voy a caer tan fácil. Ahora, no me vendría nada mal el sentirme un poquito mejor conmigo misma, y así volvemos al tema, perdón por dar tantas vueltas, es que es difícil de explicar. Me frustra muchísimo que me vaya mal en la facultad y yo sé que el sistema está hecho justamente para eso, para que abandone y me dedique a ser una ignorante más en este quilombo, pero aún sabiendo eso me desilusiona un montón. En lo que va del cuatrimestre, no tuve muchos errores y si ponemos las cosas buenas y malas en una balanza, digamos que no la estoy pasando tan mal, pero un profesor cuestionó un examen que a mi juicio tocaba la línea de la perfección y no me está yendo tan bien en Análisis, una materia práctica a la que le tenía mucha expectativa porque a mí me gustan las Matemáticas. Esas dos cosas me están cambiando el plano que yo tenía pensado para esta etapa del año y sabes que cuando las cosas salen diferentes a lo que yo planeé con anticipación, me pongo loca, me desconcierta totalmente. Soy una perfeccionista, eso lo tengo bien en claro y lo admito casi al segundo en que alguien me conoce para que esté avisado y no se queje después. Ser perfeccionista tiene unos pros gigantescos, inconcebibles bajo otros términos (es decir, siendo un vagoneta), PERO, eso, tiene un pero igual de gigantesco. Ser perfeccionista te deja exhausto al final del día porque no dejas de pensar un segundo, miras los detalles de todo, de absolutamente todo y metes mano donde no te llamaron porque es algo muy difícil de controlar. A veces viene acompañado del síndrome de 'Tendencia a creerse el/la mejor', sabes, y a mí me parece que me pasa eso, sólo a veces eh, no soy tan mala persona che. El perfeccionista es líder, es así, y es egoísta pero insoportablemente egoísta. Y seguro un montón de otras cosas más que vas a encontrar si googleas un poco. Yo creo que fui perfeccionista siempre, hasta tenía graves problemas para compartir mis cosas desde chiquita con los demás (a veces revisaba mis útiles después de que me los devolvían para asegurarme de que no los habían roto o algo así, sí, re conchuda). Todo siempre tuvo que ser perfecto y, como vos bien sabes, no todo realmente llegó a ser perfecto en mi vida. Si bien la curva subió y viví en frenesí e infancia hermosa, después se fue bien a la mierda. Por eso, fue difícil afrontar toda esa situación teniendo el chip de la perfección insertado bien adentro. Pero, hasta ahora, creo que me las arreglé bastante bien aunque te confieso que estoy haciendo malabares, yo ya no sé cómo sigo viva y no me agarró un síncope de toda la mierda que me tiraron y las presiones de todos lados. Pero no me voy a hacer la víctima, soy una Superheroína, ya te dije. Bueno, cuando las cosas en la facultad me salen mal, mi lado perfeccionista se activa y me denigra de arriba abajo. Soy mi peor enemigo y lo odio, me reta, me presiona; una vocecita me dice: 'Pero, ¿qué hiciste?!?!??!??! Vos TENÉS que ser la mejor. ¿Qué pasó?'. Y sí, es horrible porque, ¿cómo me escapo de eso? ¿Cómo pongo en mute e ignoro esa voz interior? Es un compañero de cuarto que se ganó la lotería y pagó el alquiler de por vida, ¿me entendés? Así estoy estos días, resignada a creer firmemente que soy un fracaso, a que ese 'Qué buenas notas que tiene Pamela, ella va a llegar muy lejos' no existe en realidad y que me la creí pero ya no puedo más. Esto no va a sonar para nada humilde pero admito que siempre creí mucho en mí misma, desde que era muy chica, y siempre adopté un pensamiento muy 'be yourself'. No te voy a decir que nunca tuve el autoestima baja porque creo que eso no le pasa a nadie, los días malos vienen incluidos en todos los paquetes, hasta en el de Jesús, pobrecito. Pero siempre confíe en mí a la hora de estar entre la espada y la pared y me consideré una persona muy capaz, mucho más competente que bastantes más personas que tenía alrededor, y no me da pudor reconocerlo. Juro y re mil juro que soy modesta, no leas esto y pienses que de repente te encontrás en el blog de alguien ultra soberbio porque no es así. Y si ésa es tu sensación seguramente se debe a que todavía no me sé expresar como sé que algún día voy a poder y a aprender, así que te pido disculpas. El caso es que todo esto que dije unos renglones antes ya no me está pasando con tal intensidad. Siento que se me están yendo de las manos esa confianza y tranquilidad. Siento que estoy perdiendo esa especie de 'talento chiquitito' para escribir porque ya no me sale como me salía antes, hay canciones que dejaron de gustarme, hay ecuaciones que ya no puedo hacer, no me salen, no las disfruto... Y me asusta. Me asusta como la puta madre. Me está quedando grande el traje de Superheroína que me creí y se me cae. Así me siento. Ya no me gustan los límites, los logaritmos, los números imaginarios... ¿Qué me está pasando? ¿Estoy cambiando o es sólo una fase de transición, una prueba de Dios o quién sabe para ver si me mantengo fiel a mí misma, o es una joda de muy mal gusto? Se me está borrando la identidad. ¿Y si mañana me despierto y ya no quiero estudiar Economía, y si ya no disfruto de Lewis Carroll ni de Jack Kerouac ni de Julio Cortázar, y si ya no me sale sacar fotos y mi cámara se empieza a llenar de polvo en un cajón... y si resulta que no soy tan perfecta como yo creía, tan permanente, tan inmutable y, al contrario, soy variable e inestable como el clima, como el viento, como el mar? Me da miedo ser así, no tener idea de nada así de repente, estando tan acostumbrada a SÍ saber quién soy. Es una pesadilla, la incertidumbre para una persona que siempre fue de anotar y calcular cada paso. Obvio que no saber tiene lo suyo, pero yo encontraba el eje, la paz en adelantarme a todo y tener varios planes B por si las cosas no funcionaban en un principio. Lo curioso es que casi siempre no tenía necesidad de recurrir a esos planes B porque los A ya eran impecables, pero hoy en día no me funciona ni el Z. No sé qué se está desgastando en mí, quizás sea un efecto secundario del vacío constante que siento, lo cual es raro pero no inusual porque sé muy bien, y creo que vos también sabes, que desde los 15 años que no me siento del todo bien. Fui muy feliz, sí, pero nunca del todo, no cuando llegabas a tu casa más preparada para la guerra que para cenar todos juntos. No sé, no sé ni qué me pasa ni qué va a pasar de aquí en más. Tengo que escribir un NO SÉ bien grueso y bien negro en una remera para usarla hasta que se me pase, ¿no crees? En tal caso, ¿cuántas remeras tendría que comprar si... Basta, porque son suficientes matemáticas por hoy y por el año; Quizás el año que viene vuelvan a gustarme como hicieron siempre. Quizás sea una señal, un mensaje, algo que me esté diciendo que las cosas jamás fueron así de exactas, así de puras y constantes, que tengo que dejar de buscar que la vida esté nítida como cuando tomo una fotografía o la edito porque la vida no es así, la vida se mueve, la foto sale en movimiento y está perfecto que sea así, pero andá a decirle eso a una perfeccionista.
Lamento decepcionarte con esta entrada si lo que buscabas era saber cómo estoy con respecto a tu total abandono. También lo lamento si venías a chusmear por acá si ando con otro flaco o si me volví a enamorar o si sigo llorándote día y noche. Respuestas cortas: Sí, ando con muchos flacos. No, no me volví a enamorar (lo cual dudo mucho que pase any time soon). Y sí, pero lloro de noche porque es más poético. Posdata: no tengo tiempo para justificar más extensamente mis respuestas porque me tengo que bañar en un rato. Posdata dos: Te podes ir bien a la mierda, hoy y siempre. Leer mi blog y no mandarme ni un mensaje de texto para ver cómo estoy es lo más cobarde que alguien que conocí haya hecho. Sos un cagón, nene. Hasta luego