21.12.14

Familia: 1. f. Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas o en lugares diferentes, y especialmente el formado por el matrimonio y los hijos. 2. en familia loc. adv. Sin gente extraña, en la intimidad.
Hablemos de la familia, ay, como si se pudiera resumir todo lo que conlleva la misma en estas dos pobres y cuentistas definiciones, ortodoxas por excelencia y, obviamente, de mierda porque vos y yo y, lamentablemente, mucha más gente sabe que justamente las familias son una mierda. En el mundo hay de todo, por lo cual es difícil sacar un factor común para que todos nos sintamos identificados, pero de alguna forma algo lo hace una tarea bastante sencilla esto de encontrar una sensación general. Y es que aún reuniendo un buen puñado de buenos momentos y extraordinarias memorias, todos podemos contar con al menos un par de sucias experiencias. Vienen en el paquete, indudablemente. Tenemos padres abusivos, que le pegan a la mujer y a los hijos, drogadictos, fumadores, sociópatas y/o manipuladores, tanto del sexo masculino como femenino (si bien lo sabré yo), madres adolescentes con muchos ya-no-tan-adolescentes problemas, abandono, más adicciones, noches largas y días muy 'sonríe para las cámaras'... y etcétera, un amplio abanico de diferentes posibilidades y circunstancias. Es un secreto a voces, cualquier descripción que yo pretenda desarrollar como abarcadora fracasará miserablemente, porque siempre hay algo más que decir, siempre aparecerá un padre, madre, tío, niñera que abuse de nuestras mentes y Dios quiera que de nada más. Porque somos así, infelices seres, y la historia se va a repetir. La familia o círculo familiar está conformado por las primeras personas a las que huimos en busca de protección, un sabio consejo o una luz en el camino. Eso pasa al principio, y muy brevemente para aquellos que pierden la confianza en sus propios padres a los poquitos años de vida en este mundo, ni hablar de ellos que ni siquiera conocen quién los parió. Cuando somos nenes, nuestros papás/tutores son superhéroes y nos sentimos tan a salvo con ellos que nos parece imposible el encontrar amigo más fiel. Nos enojamos con ellos, sí, también, pero por cosas tontas y porque no nos quisieron comprar ése juguete. Después, nos arropan, nos miman, nos cuidan. Pero desde ese dulce momento de complicidad entre seres de misma sangre, después se traza una larga línea hasta años más avanzados, donde la confianza se desgasta y lo único que queremos es irnos de casa. El ser humano no está y nunca estará listo para ser padre, jamás del todo capacitado, por más amor que le haga explotar el alma, tripa y corazón. Yo tampoco, vos tampoco, nadie. El ser humano es muy 'no sé, hago lo que puedo', y a veces no procesa que un pibe no es joda, al contrario, se termina la joda y para siempre. Entonces, familias, “Cada familia es un mundo”, y demás. Podríamos abrir un foro apto para todo público y con diferentes idiomas disponibles y nos chocaríamos con una gran verdad: el adolescente/pre-adulto está subestimado. Si tenés diecialgo o veintipico no te toman en serio en ningún lado porque 'estás confundido'. "No, vos sos muy chico para saber si sos gay todavía", "No, vos no podés debatir sobre religión/política/equis tema porque te falta vivir más" y no nos olvidemos de: "Sos muy joven para sentir depresión. Levantate de la cama y andate de joda con tus amigos". Es que, ¿será verdad que el adulto realmente se olvida de que fue uno de nosotros hace un par de décadas? ¿No se acuerda de lo que se sintió estar perdidamente enamorado, aterradoramente suicida y vacío, humillado y desesperanzado? ¿Yo no voy a recordar todo eso a medida que envejezca? Seamos justos, no podemos culpar a nuestros padres por todo el mal en nuestras cortas existencias, pero tampoco podemos negar que muchas de estas cosas las heredamos y nadie les pidió eso; ninguno de nosotros quiso nacer, seamos sinceros. Y ahí es cuando viene la otra cuestión: Cuidate, pibe, educate sexualmente porque ése hijo/a que vas a traer a este mundo de mierda te va a odiar eventualmente. Yo sé que es difícil, yo no soy de otro mundo ni me veo o creo superior que nadie, pero seamos avispados porque por más distopía adolescente que suene, el futuro sí depende de nosotros, y hasta ahora no estamos muy bien que digamos. Yo sé que esto parece tremenda nonsense negra por una resentida y soberbia protagonista, pero lo único que trato de hacer es llegar a un punto, una reflexión, ALGO que me haga descifrar el tan oscuro enigma detrás de la familia; ¿por qué nuestra propia prole nos genera tanto mal? ¿Por qué algunas personas llevan una carrera universitaria/trabajo/hobby ajeno e inventado sólo para satisfacer a sus exigentes padres? ¿Por qué nos asusta tanto el decepcionarlos cuando son ellos los que nos hieren tan despiadadamente? ¿Por qué ya no confiamos, confesamos, si quiera hablamos con ellos? ¿Qué nos pasó? Que algún psicólogo o psico-algo me explique. Si es que somos una versión mejorada de nuestros progenitores, ideados a partir del vital objetivo de no cometer los mismos errores, ¿por qué nos rompen tanto las bolas cuando queremos ser nosotros mismos y no nos escuchan, no nos alientan, no nos miran, no nos enseñan, no nos aman como prometieron hacerlo cuando nos vieron por vez primera? Mi papá no sabe el nombre de la carrera que estoy estudiando y a veces eso me hace sentir mal porque pienso que sí lo recordaría si hubiera optado por algo más tradicional como abogacía o contaduría. Y a mí me molestan muchísimo las opiniones absolutamente cuadradas e impregnadas de mi abuela, que sigue luchando con todas sus fuerzas contra un mundo moderno que sí abraza la homosexualidad, el transvestismo y demás cuestiones que son muy 'ay, no sé, a mí eso no me gusta, es pecado' para ella. Me da lástima porque esa gente se atrasa, vive involucionando, va a morir en la incultura; y todo porque creer en un ente sobrenatural que se llama Dios parece ser más lógico que realmente amar al prójimo, sin importar qué. Uf, super racional. Ves, si nosotros somos producto de personas tan de madera, tan inflados de siglo diecinueve, ¿qué nos queda ser, qué nos queda dar a los que el día de mañana serán nuestros retoños? Estamos en un agujero negro. Y a mí me duele la cabeza de ponerme a pensar en la cantidad de injusticias 'puerta para adentro' que existen en este arbitrario mundo, padres que entregan a sus niñas para concebir matrimonio con hombres-monstruo, violadores, longevos pedazos de mierda; madres que se inyectan/fuman/mastican Dios sabe qué estupefaciente ya, se dejan maltratar y abusar (y permiten que sus propios hijos también sean víctimas de esto) por un pobre cobarde que promete amarlas y demás cosas color de rosa; niñeras y cuidadoras que se aprovechan de los que no pueden defenderse y apalean bebés o golpean abuelos... en fin, familia, sociedad, país. Y después escuchas que 'este país es una mierda', 'que vuelvan los milicos', 'está lleno de negros que ya te matan directamente' y mil barbaridades más y uno se pone a pensar y primero dice que sí, que quizás sea necesaria la vuelta de la mano dura, pero después pensás un poquito mejor y te preguntás: ¿y si este país no es taaaaan mierda y somos nosotros los que somos bien mierda? Porque hacemos eso, le echamos la culpa a la villa, al negro de mierda, a los tiempos en que vivimos hoy, y yo no estoy defendiendo ni absolviendo a nadie, pero tampoco veo correcto que empapelemos la habitación con hojas nuevas sobre las que están manchadas, si se entiende lo que quiero decir. Si vamos a culpar a alguien, que TODOS seamos responsables del desliz. Y, ¿a qué viene todo esto? A que necesitamos más familias que recapaciten, que hagan un mea culpa, QUE ESCUCHEN. Somos una sociedad sorda y pancista, y quien lea esto seguramente me catalogue de hipócrita porque para quejarnos y hacer nada estamos todos, pero espero con todo mi corazón y lo que soy, ser una buena madre el día del mañana. No quiero olvidarme esto que siento ahora, cómo enfrenté los momentos difíciles y las madrugadas inmortales, las canciones tristes y las charlas depresivas con alguien que se sentía igual al otro lado del monitor muy 4 AM, faltas de apetito, insomnios que calzaban como un traje perfecto, llantos vacíos, dolores de pecho. No quiero olvidar, no voy a olvidarme de todo eso cuando mi hijo/a me pida ayuda, me quiera contar qué le pasó, cuando no pueda dormir, cuando sienta que no puede concentrarse para cumplir con sus obligaciones en el colegio, yo quiero ser diferente a lo poco que yo tuve. Igualmente, lo agradezco, porque una vez más tengo en cuenta que mis papás hicieron lo que pudieron, como hacemos todos en este sorprendente planeta. No tuve una vida perfecta, pero TUVE, y muchos ni siquiera pueden decir eso, así que estoy agradecida. Sé que una parte de mí siempre querrá cambiar al mundo, nací con eso, me gusta ayudar en cuanto puedo y debo. Así como también sé que me sentiré insaciable para siempre. Yo estoy enamorada de mi vida, enamorada de las personas que conocí, conozco y sé que tendré por conocer, enamorada de lo que me tocó vivir y de SOBREVIVIR. Soy una enamorada del sacrificio, la perseverancia, el ser optimista y, sobre todas las cosas, el ser auténtico. Y espero transmitir algo de todo esto a cada miembro de la familia que forje algún día con quien me quiera acompañar. Y sí, tengo miedo, hasta los huesos, pero también mucha ilusión y aspiraciones. Mi familia será una mierda y capaz la tuya también, y la tuya, y la de él, y quizás ser adolescente/casi adulto de eso se trata, de no dormir, de no poder respirar, de amar tanto que duele el corazón física y clínicamente hablando; pero, ¿sabes qué? No me voy a rendir. Yo no creo que estemos expuestos a tanto sufrimiento tan sólo para ahogarnos y desaparecer en él. Tiene que haber algo bueno, algo, un granito de arroz, un momento de amor tan puro en el que nos vamos a prometer a nosotros mismos el nunca más juzgar a nuestros hijos por SUS decisiones, en el que nosotros como padres vamos a finalmente comprender que si bien nosotros les dimos la vida ya no nos pertenece, y es SU vida, sus cagadas, sus responsabilidades, sus obligaciones y sus derechos. Nosotros podemos acompañarlos en su propio viaje, ser padres pero también amigos, compañeros, un poquito psicólogos, y abrazos porque son importantes y nunca están de más. No tomemos el volante, sentémonos en el asiento de acompañante y maravillémonos con sus propias historias, sus errores y sus conquistas SOLOS. Debe ser realmente difícil, se me hace complicado el expresarme adecuadamente porque es engorroso el escribir sobre las cosas simples, las cosas que no se dicen porque 'son obvias', el amor de madre o el primer beso, esas cosas que las siente todo el mundo. ¿Cómo decimos algo de lo que nunca se habla, cómo nos plantamos adelante de nuestros padres para hacerles entender, de la mejor manera posible, que ellos ya hicieron lo que tenían que hacer y es nuestro turno ahora? Comprensión, comunicación, amor por sobre todas las cosas. Pero, de nuevo, pareciera casi imposible pedirle a una sociedad tan cansada que sea paciente, porque ya nadie quiere aguantar, ya nadie puede darse ése lujo. Y, ¿qué puedo hacer yo desde acá, sentada en una de las seis sillas del comedor de mi casa, laptop siempre a mano, con una cabeza llena de pensamientos disconformes, firme ideología, actitud insurgente? Y así el círculo nunca se cierra, porque no hay una clara respuesta como solución y la vida es injusta, cosa que a veces no acepto, como librana que soy (aunque a veces no creo en eso); pero podemos concluir, aunque muy vagamente, en que a veces los padres tienen la razón pero también a veces los hijos la tienen, y es inescuchada, ignorada, menospreciada. Yo sé que nos queda mucho por vivir y muchos papás llegaron a donde están a los golpes y a muchos "yo a tu edad...", pero eso no justifica nada, papis. Escuchemos más y leamos menos revistas 'Ser padres'. Salga los fines de semana con su pareja y su bebé a un camping improvisado en el medio del bosque, compre muchos animales aunque la gente le asegure que un rottweiler no es seguro para cuando hay un bebé en casa (no les crea, el perro malo no existe, el dueño malo sí y de ahí aprende), escuche mucha música, sin importar cuál sea el género que le haga saltar el corazón, abra las ventanas todos los días y cante mucho, aunque cante mal. Ser adulto y ser papá no es realmente diferente a lo que sos hoy con veinte años. Quiero ser una buena madre y voy a usar como base el ser yo, siempre.
De todas formas, la razón por la que viene a escribir, o a intentar hacerlo, todo esto acá es porque me enojé con mi abuela por algo que dijo; y porque en mi casa no podés sentirte mal un día y querer dormir más de lo usual que ya empiezan a tener miedo porque capaz heredaste la depresión que hizo que tu mamá se suicidara. Gran parte de mi familia me tiene lástima, y la otra parte me tiene rencor y odio porque piensan que yo abandoné a mi mamá cuando ella más me necesitaba (y se olvidan que eso fue exactamente lo que hicieron ellos, y no yo). Así que, frecuentemente me siento sola. Es algo tan vil el tenerle lástima a alguien, el saber y sentir que el otro te mira como si estuviera haciendo caridad con vos, es un asco. Y mi abuela me trata así, no puedo evitar no percibirlo, y me da muchísima bronca, hasta el punto en que hoy estuvo en mi casa y no le seguí conversación, actué como si ella no estuviera acá, y le contesté 'no te preocupes, la depresión no se hereda', haciéndola callar de una vez. Por eso no le cuento a muchas personas mi triste historia, y porque sé que muchos la pasan peor y yo, dentro de todo, la saqué barata. Y no me gusta, me estoy convirtiendo en una persona bastante más cerrada de lo que fui anteriormente. Pero, es autodefensa. Que te tengan lástima, lastima. Mi familia me lastima, los que justamente se suponía que no lo harían. Entonces, ¿en quién confío, en mi familia o en extraños que llegarán, en amigos conocidos que pasaron por lo mismo y sé que les molesta tanto como a mí o en nuevos por conocer, que serán curiosos en un principio pero después se les va a ir eso de tratarme diferente, a ver, qué hago? Una situación traumática conlleva muchísimas cosas y uno intenta ser feliz de todos modos, es como vivir con un ataque de pánico constante que a veces está en modo pasivo y después se reactiva cuando te acordás y caes bruscamente en razón. Y no muchos comprenden, quizás no te traten diferente pero vos sabes, sabes que SOS distinto, tus amigos se tienen que cuidar de no preguntarte cómo está tu mamá, porque está muerta. Te digo, un error de alguien al que se le escape preguntarme sobre ella me duele mucho menos que alguien que no diga nada por miedo a lastimarme. No me trates diferente. Soy igual que vos, y evitando la conversación no haces más que resaltar el hecho de que ella falleció, muchas gracias. Y mi abuela no tiene la excusa del Alzheimer para causarme tal incomodidad, y ni siquiera pide disculpas. Mejor me compro una remera que diga 'mi mamá se murió' para que al menos me tengan lástima y hagamos un chiste, así no me aburro mientras me tratan como a una pobre nena a la que le falta un brazo, una pierna, una mamá con la que no puedo hablar de sexo, de mis inseguridades, de mi frustración académica, y demás. Y sí, era embarazoso vivir con mi papá y que el supiera de todo lo referente a la menstruación, corpiños y labiales, pero ya me acostumbré. NOS acostumbramos y que me tengas piedad, impresión, misericordia o lo que vos quieras, me hace muy mal. Pasó de moda, y voy a dormir todo lo que yo quiera, y si te causa un 'mal augurio' y presentís que yo también me voy a suicidar como lo hizo mi querida madre, andá a contárselo a alguien que le importe, porque yo ya no me voy a dejar humillar ni por vos ni por nadie. Así que, querida familia, pónganse cómodos para ver mi película, pero antes debo advertirles que ya no habrá más drama que contar, ya no hay por qué llorar por esta infortunada personaje, porque hoy, queridos míos, hoy yo me levanto. Las condolencias, al cementerio, y yo estoy viva, descosida pero viva al fin. Fin (de nuevo)